MITOS QUE HAY QUE DESTERRAR SOBRE EL CUIDADO DE LOS DIENTES.
MITOS QUE HAY QUE DESTERRAR SOBRE EL CUIDADO DE LOS
DIENTES
Existen verdades y mentiras en torno a nuestra visita al
dentista. Hay algunos mitos que debemos desterrar para mantener una boca sana
y, sobre todo, tener claro que buscar excusas para no acudir al especialista
puede traer consecuencias para la salud.
Si no tengo dolor, no tengo problema alguno:
La prevención es la
madre de la buena salud. Y cuando los distintos especialistas, incluidos los
dentistas, insisten en la necesidad de prevenir y de realizar, periódicamente,
las revisiones que se recomiendan, por algo será. Detectar a tiempo cualquier
problema o patología es garantía de salud, mientras que tratarlo sólo cuando se
hace visible o sensible puede provocar que ya no tengo remedio, total o
parcial. ¡Prevención, por favor!
Al dentista se acude a sufrir:
Nada más lejos de la
realidad, puesto que el objetivo es, precisamente, poner fin a cualquier
problema dental que puede causar dolor o, sencillamente, evitar que aparezca.
Las avanzadas tecnologías presentes desde hace tiempo en las clínicas dentales
y las eficaces anestesias pueden convertir en apacible y agradable la visita al
profesional de la odontología.
La limpieza y el blanqueamiento dental dañan los dientes:
Falso. Si así fuera,
los profesionales de la odontología serían los primeros que no los
recomendarían. El color de los dientes viene determinado por las
características individuales de la dentina de cada uno, por lo que hay personas
que por naturaleza tienen los dientes más blancos y otros que no. Antes de
tomar cualquier decisión es necesario un diagnóstico de tu dentista de
confianza.
No merece la pena gastar esfuerzos en arreglar los
dientes de leche:
Se trata de un error
común, ya que la salud de las piezas definitivas que surgirán con el tiempo
dependerá, precisamente, de esos dientes de leche.
Embarazo=caries:
Estar embarazada no
es sinónimo de caos para la salud dental. Sí es cierto que se incrementa la
posibilidad del sangrado de las encías y se altera la composición de la saliva,
pudiendo contener más bacterias de lo habitual, por lo que hay que tener
especial cuidado con la higiene bucal.
Remedios caseros:
Que en épocas
antiguas nuestros abuelos utilizaran algunas técnicas distintas para cuidar su
boca no significa que fueran perjudiciales. Pero sí es cierto que en la
actualidad existen otras estudiadas e investigadas con una eficacia y una
salubridad infinitamente mayores. Por eso, mejor no inventar ni improvisar con
la salud bucodental.
Si tengo encías sangrantes, mejor no lavarse los dientes:
Al contrario: si no
lo hacemos es probable que sangren más. De hecho, puede ser síntoma de
gingivitis o periodontitis, por lo que deberíamos visitar al especialista, pero
sin dejar de lado el cepillado.
Chicles:
Tradicionalmente
demonizados para nuestra salud bucodental, la goma de mascar, siempre sin
azúcar, ayuda a mantener sana la boca, ya que arrastra restos de comida entre
los dientes y ayuda a salivar, lo que nos protege, en cierta forma, contra las
caries.
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